No es secreto para nadie que el Bitcoin ha calado de manera profunda en la economía mundial, por lo que la expansión de la criptomoneda es evidente y estamos ante una posible vuelta drástica en la manera de hacer transacciones en el futuro, así como de un nuevo orden económico mundial, que será regido por ofertas y demandas únicamente. Pero algo más oculta y es precisamente en el proceso de fabricación de esta moneda, emisión o cualquiera que sea el verbo que se use, el hecho es que la manera de crearla para el alcance de todos, no es del todo sencillo y por lo visto, tampoco muy limpio.
¿Problema que sería legal?
Lejos de existir cualquier tipo de procesos ilegales (que existen, como en todo intercambio económico), el problema que presenta el Bitcoin va más allá de un delito, al menos no de los condenables de manera constante, de los que a todos le prestan atención.
Y es que uno de los procesos frecuentes y más usados para la fabricación de Bitcoin es la minería por medio de máquinas en constante funcionamiento que desprenden grandes usos de luz eléctrica, por lo que el ataque directo de estos procesos, va contra el ambiente de manera frontal.
Lo cierto es que es difícil determinar cuánto consume de manera exacta, sin embargo el análisis más cercano determina que el uso de luz eléctrica para la minería de esta moneda, corresponde al 0.13% del consumo eléctrico mundial, algo que se traduce de manera más alarmante cuando entendemos que este consumo supera el uso tradicional y constante de 159 países en total.
¿Cuánto consume?
Irlanda, por ejemplo, usa un 16% menos de energía que el proceso de minería para generar Bitcoins, muy elevada la diferencia al tomar en cuenta que de ser un país, el Bitcoin (más bien, el proceso para generarlo) sería el número 61 del mundo en consumo, teniendo en cuenta que el primero sería el más consumidor.
Aunque el uso del computador no es precisamente un gasto considerable en la factura mensual, sí es cierto que cada proceso que se comienza en la minería no se interrumpe, con máquinas que necesitan rendimientos superiores a los tradicionales, significando así mayor esfuerzo para con el consumo eléctrico.
De esta manera, aunque es un medio de ahorro/producción en el sistema económico de los particulares trabajadores del mundo, también es cierto que genera fuga de energía y también, de dinero, al tener que afrontar gastos elevados en luz eléctrica, por lo que para ser un negocio rentable, es necesario un consumo alto, para que la producción también sea alta.