Desde que el Bitcoin se creó, muchas han sido las maneras de tratar de controlar el costo del mismo, con transacciones, controles, bases legales y modalidades de producción, pero sólo la minería puede producirlo de manera fiel y confiable, así como sólo la oferta y demanda de la gente puede establecer el precio del mismo en la calle.
¿Recuerdas cuánto costaba al comienzo? Cuando se fundó esta criptomoneda, el costo era sumamente inferior a los más de 10 mil dólares actuales (mucho más que eso por cierto), por lo que cuesta un poco entender como una moneda que no valía si quiera mil billetes verdes, a finales del año 2017 estuvo cerca de llegar a los 20 mil.
Y es cuando aparece MT. Gox, que por medio de una transacción ficticia entre dos bots, indicó que un total de 600.000 Bitcoins fueron pagados a cambio de 188 millones de dólares, acción que disparó las alarmas de manera automática y comenzó a generar desespero en los compradores, así como en aquellos que no tenían ni un BTC.
¿Por qué no bajarlo?
Al tener esta cantidad en el mercado, los poseedores de los BTC en el mundo decidieron mantenerlo, ya que su inversión se multiplicaba casi por diez en cuestión de segundos, así como los mineros que se encargaban de la producción del mismo, que colocaron su trabajo en mayor valor y no quisieron devaluar el producto de su “esfuerzo”.
Desde este momento, la criptomoneda más importante, el Bitcoin, tomó mayor fuerza en el mercado y se estableció como una de las monedas predilectas para realizar pagos de manera virtual, por lo que bajo ningún concepto los poseedores de las mismas depreciarían su valor, al contrario, al tener una gran cantidad, comenzaron a subirlo y muchos de los receptores no tenían ninguno, por lo que decidieron devaluar sus productos o billetes, a cambio de una de las consideradas modalidades de ahorro más fructífera.
En este caso, así como en las demás criptomonedas, siempre habrá manipulación, personas que venden por debajo del precio estable, muchas otras lo venden por encima, el hecho es que sólo el público consumidor tiene la fuerza y potestad para determinar el valor de una moneda que cada día toma más fuerza, incluso a sabiendas que más del 60 % de su total ha sido minado, es decir, queda disponible un 40% o menos del total de los 21 millones de BTC posibles en el mundo, por lo que la carrera se intensifica cada vez más.